Aquella mañana de lunes, Pablo salió de su casa con un nudo en la garganta. Tenía la certeza de que ese día sería inolvidable. Mientras conducía su coche por las tranquilas calles de San Sebastián, era consciente de que, en efecto, se dirigía al trabajo, pero no a SU verdadero trabajo. En ese mismo instante y mientras desayunaba, Isabel repasaba…
